El presidente de la República Oriental del Uruguay, José “Pepe”
Mujica, destacó la importancia y la necesidad de que las masas populares
sean respetadas por su gobiernos en esta nueva época que vive el
continente.
“Las masas nos exigen realización (…). Hay que cuidar la confianza
popular”, fue parte de su discurso durante la Cumbre presidencial de
Estados partes y asociados del Mercado Común del Sur que se realizó ayer
en la ciudad de Caracas.
“Tenemos que tratar de darle respuesta a mucha gente que espera de
nosotros”, lo que calificó el jefe de Estado de Uruguay como la enorme
deuda social que hay con los pueblos del mundo.
Mujica reflexionó sobre el rol que juega Mercosur y la relevancia que
debe tener la integración. “La economía nos puede destrozar. Si no tiene
dirección política, no hay integración”.
Destacó la necesidad de poder “estar a la altura de lo que hemos
desatado” en Latinoamérica. “Necesitamos este Mercosur como el pan”.
Otra de sus sugerencias fue que cada presidente debería de tener una
persona que se encargue de la integración entre los pueblos.
“Se necesita voluntad política para que exista integración y es responsabilidad del gobierno, no se lo pidan a los empresarios”.
Instó a los gobernantes a hacer reuniones fructíferas y “cuando no
podemos sacar frutos, no juntarnos sino hablarnos por teléfono”, fue uno
de sus pedimentos con el propósito de lograr efectividad y verdaderos
resultados.
Asimismo señaló que América Latina ha dejado de ser “el continente más
injusto que hay sobre la tierra para transformarnos en el continente más
rico potencialmente en recursos”, dijo el mandatario uruguayo.
El presidente pidió expandir la visión para los próximos 50 años y la
vida que toca vivir. “No es cualquier época, estamos en una época de
cambio a velocidad inusitada”.
Mujica agregó que “nos fuimos dando cuenta de que teníamos que tratar de
crear una unidad que nos ayudara a entrar en la civilización del
desarrollo, pero llegábamos tarde con los padecimientos de nuestra
historia.
Las víctimas de ayer no son los victimarios de hoy.
Quienes ahora integran el sanguinario aparato político militar israelí,
quienes ejecutan el despiadado plan del exterminio en la Franja de Gaza,
bombardean viviendas, escuelas, hospitales e iglesias cristianas y
musulmanas, no son las desgraciadas víctimas del holocausto sino los
sionistas que explotan el dolor del pueblo judío para sus planes de
despojar de su territorio al pueblo palestino. Son los mismos que
durante el tenebroso régimen de Hitler se las ingeniaron para negociar,
salir indemnes y salvar sus bienes, aun al costo de entregar a sus
hermanos.
Son aquellos a quienes Hannah Arendt señaló en su libro Heichmann en
Jerusalén (1961) como los que, por instrucciones de los nazis,
organizaron una policía interna dentro de los ghettos para inventariar
los bienes de la población judía y para elaborar listas de los que
deberían o no ir a las cámaras de gas, en función del capital de las
víctimas. Son los ricos industriales que para colocar productos
alemanes, evadiendo el cerco económico que adelantaba la comunidad
internacional contra el régimen de Hitler, cambiaban sus propiedades en
Alemania por esos productos, distribuyéndolos luego a través de sus
propios canales en el Oriente Próximo.
Son los desalmados manipuladores que han utilizado el terrible
sufrimiento judío durante la guerra para justificar las tropelías del
Estado israelí y que han llegado al descaro, tal como lo denunció Norman
G. Finkelstein en La industria del Holocausto (2002), de utilizar los
fondos de indemnización a las víctimas, no para indemnizarles sino para
la propaganda sionista.
Veinte días de masacre han dado un saldo terrible a Palestina: 1.034
muertos, –entre ellos 192 niños–, 6.233 heridos, 200 mil personas sin
hogar, 23.160 casas afectadas, 120 colegios, 16 centros de salud. Dolor,
desamparo y desesperación golpean hoy las conciencias del mundo.
Del lado israelí: 37 soldados muertos, ningún niño muerto, ningún civil..
Hugo Chávez Frías, en el ámbito de los derechos humanos
Michael Adolfo Díaz Mendoza
Abogado y Activista de Derechos Humanos
michaeldiazmendoza@yahoo.com
Twitter: @mdiazmendoza
La desaparición física del Comandante Supremo de la Revolución
Bolivariana Hugo Chávez Frías, ha marcado un momento profundamente
doloroso para la inmensa mayoría de las venezolanas y los venezolanos,
éste hombre transformó innegablemente con sus ideas y praxis
revolucionaria la historia contemporánea de Venezuela, de Latinoamérica y
el mundo. Los enormes, evidentes y grandes logros en lo político,
social, económico y cultural son en la actualidad incalculables e
invalorables, pero, será siempre su accionar a favor de los sectores
oprimidos, desposeídos y excluidos la señal que marque para siempre a
Hugo Chávez Frías. De allí, que dentro de los aspectos que deben quedar
reflejados en ese balance histórico es el referido a los aportes del
Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana en el ámbito de los
derechos humanos:
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
El Texto Fundamental de 1999, el único aprobado por voluntad popular o
mediante referéndum en nuestra historia republicana, es el fruto de las
ideas renovadas del Presidente Hugo Chávez Frías. En tal sentido,
resaltan como parte de su legado la incorporación -a la Constitución- de
la democracia participativa y protagónica, la cual implica la
concepción de un pueblo directamente involucrado -desde la cotidianidad-
con su destino, en la formación, formulación y ejecución de las
políticas públicas y el control de las y los representantes electos;
asimismo, como parte del nuevo esquema democrático propone el cabildo
abierto, las asambleas de ciudadanas y ciudadanos, y las diversas formas
de referendo popular, esto es, consultivo, revocatorio, aprobatorio y
abrogatorio.
Propone el catálogo prolijeo de derechos humanos previstos en la vigente
Constitución, en los cuales sobresalen los derechos de niños, niñas y
adolescentes, de las y los jóvenes, de las mujeres, de los pueblos y
comunidades indígenas, de las personas con discapacidad y de la tercera
edad. Tales derechos aparecen agrupados bajo nuevas categorías, esto es:
“De los Derechos Políticos y del Referendo Popular”, “De los Derechos
Sociales y de las Familias”, “De los Derechos Culturales y Educativos”,
“De los Derechos Económicos”, “De los Derechos de los Pueblos
Indígenas”, y “De los Derechos Ambientales”.
Insta a la Asamblea Nacional Constituyente a incorporar en la nueva
Constitución el Poder Ciudadano, institución de inspiración bolivariana,
que encuentra sus bases en el ideario eterno de Simón Bolívar y que
fuera, en concreto, propuesto por el Libertador en su Proyecto de
Constitución presentado al Congreso de Angostura el 15 de febrero de
1819. Tal institución de rango constitucional se encuentra hoy integrada
por el Ministerio Público, la Contraloría General de la República y la
Defensoría del Pueblo y sus titulares forman el Consejo Moral
Republicano, órgano encargado de prevenir, investigar y sancionar los
hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa;
velar por la buena gestión en el uso del patrimonio público, el
cumplimiento y la aplicación del principio de la legalidad en toda la
actividad administrativa del Estado, e igualmente, promover la educación
como proceso creador de la ciudadanía, así como la solidaridad, la
libertad, la democracia, la responsabilidad social y el trabajo.
Sugiere la creación del actual Poder Electoral, el cual encuentra su
inspiración en el Proyecto de Constitución que el Libertador redactó
para Bolivia en 1826, a fin de elevar el respeto a la independencia y
autonomía funcional de la que debe gozar el órgano encargado de ejecutar
los procesos electorales en el país. El Poder Electoral, ejercido por
órgano del Consejo Nacional Electoral tiene, así, por objeto el regular
el establecimiento de las bases y mecanismos que garanticen un nuevo
sistema democrático, en consecuencia, no solo organiza y realiza los
actos electorales destinados a la elección de cargos públicos, sino
también las atinentes al régimen refrendario, elecciones de sindicatos,
gremios profesionales y asociaciones con fines políticos, así como de
otras organizaciones de la sociedad organizada, previa solicitud de
éstas.
Entre sus ideas para la elaboración del Texto Fundamental -que tendrían
acogida en la nueva arquitectura constitucional- se encuentra la
creación de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
órgano que le corresponde velar por la supremacía constitucional,
interpretar con carácter vinculante las normas y principios
constitucionales con el objeto de garantizar la uniforme interpretación y
aplicación de tales normas y principios; ejercer el control concentrado
de la constitucionalidad de las leyes y demás actos de los órganos que
ejercen el Poder Público dictados en ejecución directa e inmediata de la
Constitución; declarar la nulidad total o parcial de las leyes
nacionales, Constituciones y leyes estadales, ordenanzas municipales y
demás actos dictados por los cuerpos deliberantes del Poder Público en
ejecución directa e inmediata de la Constitución; declarar la nulidad
total o parcial de los actos con rango de ley dictados por el Ejecutivo
Nacional que colidan con la Constitución; resolver las colisiones que
existan entre diversas disposiciones legales y declarar la que debe
prevalecer; dirimir las controversias constitucionales que se susciten
entre cualesquiera de los órganos del Poder Público; verificar la
constitucionalidad de los tratados internacionales suscritos por la
República antes de su ratificación; ejercer el control preventivo de la
constitucionalidad del carácter orgánico de las leyes que hayan sido
calificadas como tales por la Asamblea Nacional, inclusive, de los
Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica así calificados por
la Presidenta o Presidente de la República en ejercicio de las
facultades conferidas mediante ley habilitante; controlar la
constitucionalidad de los decretos que declaren estado de excepción;
revisar las sentencias de amparo constitucional y de control de la
constitucionalidad de las leyes o normas jurídicas dictadas por los
tribunales de la República; y decidir sobre la inconstitucionalidad de
las omisiones legislativas.
También resaltan de la ingeniería constitucional -propuesta por el
Comandante Supremo- la nueva concepción sobre los estados de excepción,
la cual presenta indiscutibles los siguientes avances: el haber
establecido expresamente, como condición previa a la declaratoria del
estado de excepción, la imposibilidad de enfrentar las circunstancias de
hecho que lo justifican a través de las facultades de que se dispone;
la eliminación del régimen de suspensión de garantías; el
establecimiento expreso de aquellas garantías no son susceptibles de ser
restringidas, esto es, las referidas a los derechos a la vida,
prohibición de incomunicación o tortura, el derecho al debido proceso,
el derecho a la información y los demás derechos humanos intangibles; la
definición de las diversas formas de estado de excepción; el
establecimiento de los principios básicos rectores de los estados de
excepción, vale decir, el de estricta necesidad, gradualidad y el de
temporalidad, éste último con el objeto de evitar situaciones como las
ocurridas bajo la vigencia de la Constitución de 1961, durante la cual
la garantía de la libertad económica fue suspendida por casi treinta
años; la obligación de regular, en el mismo decreto que declare el
estado de excepción, las garantías que resultan restringidas; y el
carácter obligatorio el control de la constitucionalidad de ese decreto.
En síntesis, con la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, situó un nuevo constitucionalismo que reciben países del
mundo y, al cual, podemos llamar latinoamericano.
Las Políticas Universales de Inclusión
La Cuarta República se caracterizó por la aplicación de las políticas
neoliberales dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Banco Mundial. En tal sentido, privatizó hoteles, bancos, empresas
básicas, las compañías eléctricas, la telefónica y de aviación, así
como, demás bienes pertenecientes al Estado; desregularizó los servicios
públicos y disminuyó año a año –a través de recortes consecutivos- la
inversión social. Tales políticas, no generaron en absoluto –como fuera
prometido a las venezolanas y los venezolanos- un mayor crecimiento
económico, reducción del desempleo y mejora de la calidad de vida, por
el contrario, la aplicación del paquete neoliberal hundió a la República
en la miseria y la exclusión. En definitiva, se trataba –llanamente- de
la disminución o minimización del Estado para dar cabida, sin
limitación de ningún tipo, a los poderes fácticos trasnacionales, ello
-por supuesto- en desmedro de la inmensa mayoría de venezolanas y
venezolanos.
En la Quinta República, los derechos humanos -contrariamente al panorama
abrumador que fuera narrado en el párrafo anterior- encuentran
concreción o garantía real y efectiva a través de las políticas
universales de inclusión, a las cuales el Presidente Hugo Chávez
Frías -en forma genuina y autentica- denominó “Misiones”, cada
misión estuvo durante su presencia física y ahora como parte de la
continuidad de su legado destinada a hacer realidad los derechos que
fueran reconocidos a todas y todos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, pero, en especial a garantizar los derechos
humanos pertenecientes a aquellas personas excluidas que heredó de los
insensibles e indolentes gobiernos cuarto republicanos.
La Misión Árbol, Misión Alma Mater, Misión Barrio Adentro, Misión 13 de
Abril, Misión Ciencia, Misión Cristo, Misión Cultura, Misión Che
Guevara, la Misión Guaicaipuro, Misión Hábitat, Misión Identidad, la
Misión José Gregorio Hernández, Misión Justicia, Misión Piar, Misión
Robinsón, Misión Ribas, Misión Sonrisa, Misión Sucre, la Misión Madres
del Barrio, la Misión Negra Hipólita, Misión Niño Jesús, Misión
Milagro, Misión Música, Misión Vivienda, Misión Vuelvan Caras, Misión
Villanueva, Misión Yo Si Puedo, Misión Zamora, Gran Misión a Toda Vida
Venezuela, Gran Misión en Amor Mayor, Gran Misión Hijos e Hijas de
Venezuela, Gran Misión Saber y Trabajo, y la Gran Misión Vivienda, entre
otras, han tenido como objetivo asegurar el buen vivir o el vivir con
dignidad de la inmensa mayoría de la población y la realización del
Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia.
Gracias a ese conjunto de políticas públicas elaboradas con un enfoque
garantista de derechos humanos, los datos oficiales publicados en el
marco de las Metas del Milenio (2010)[1] señalan que: el porcentaje de personas en situación de pobreza extrema pasó del 20,3% en el año 1998 a 7,2% en el 2009,[2]
la desigualdad en la distribución del ingreso pasó de un Gini de 0,4865
en 1998 a 0,3928 para el primer semestre del año 2009, la tasa de
desocupación fue llevada de 11,0% en 1998 a 7,5% para el año 2009, el
déficit nutricional de niños y niñas menores de 5 años se reduce de 5,3%
en 1998 a 3,7% en el 2008, la tasa neta de escolaridad en educación
primaria se aumentó de 87,99% en 1997-1998 a 92,33% al 2008-2009, la
inclusión de niños y niñas de 6 a 11 años al sistema educativo (con
independencia del subsistema al que pertenecen) creció en 4,6 puntos
porcentuales entre los años escolares 1998-99 y 2007-08, se
alfabetizaron 1.678.671 personas desde 2003 al 2009, el índice de
paridad en la educación universitaria creció de 1,21 en 1998 a 1,46 en
el 2009, la proporción de mujeres entre los empleados remunerados del
sector no agrícola dejó de ser de 38,92% en 1998 para ubicarse en 41,96%
en el 2009, la tasa de mortalidad infantil en niños y niñas con menos
de 5 años de edad por cada 1.000 NVR tuvo un fuerte descenso al pasar de
23,4 en 1998 a 16,4 en el 2008, la tasa de incidencia en malaria por
cada 100.000 Hab. disminuyó de 27,5 en 1998 a 23,1 en el 2009, la tasa
de mortalidad en tuberculosis por cada 100.000 Hab. pasó de 3,35 en 1998
a 2,3 en el 2008; en cuanto al aspecto medioambiental se detuvo la
tendencia a disminuir la superficie cubierta por bosques pasando de un
59,0% del territorio nacional para 1990 a un 54,1 % para 2005 y 2007,
respecto al agua potable el porcentaje de personas con acceso al vital
liquido se incrementó de 80% para 1998 a 95% para el 2009, la cobertura
de recolección de aguas servidas aumentó de 62% en 1998 a 84% en el
2009.
Asimismo, de acuerdo a las cifras presentadas por el Estado venezolano a la luz del Examen Periódico Universal (2011)[3],
la República Bolivariana de Venezuela ocupa el puesto 10 entre los
pueblos mejor alimentados del mundo, en la actualidad; el país tiene una
tasa de alfabetización de su población adulta mayor a 95%, lo cual
indica que está dentro del grupo de países libres de analfabetismo;
distribuyó 743 mil computadoras “Canaimitas” en escuelas nacionales,
estadales y privadas, con el objeto de lograr la alfabetización
tecnológica[4];
se crearon 2.250 centros bolivarianos de informática y telemáticas,
beneficiando a más de 6 millones de estudiantes de todo el sistema
educativo nacional; la República Bolivariana de Venezuela es el quinto
país del mundo con mayor tasa bruta de matriculación en educación
universitaria, con 85% y el segundo en América Latina y el Caribe; con
la inauguración de centros especializados como el Hospital Cardiológico
Infantil, se incrementó notablemente la capacidad de atención en el área
de cardiología pediátrica, al pasar de 141 casos atendidos para 1998 a
600 pacientes por año en la actualidad, extendiéndose su acción a la
atención de niños de otros países de la región; se puso a disposición de
la comunidad 6.172 Consultorios Populares, 533 Centros de Diagnósticos
Integral, 570 Salas de Rehabilitación Integral, 31 Centros de Alta
Tecnología donde se realizan exámenes de alta complejidad de manera
gratuita, 4781 unidades odontológicas a escala nacional y 459 ópticas
populares, lográndose un total de 284 millones de consultas hasta 2010,
y la existencia de 60 médicos por cada 100 mil habitantes; en los
últimos cinco años fueron operadas un promedio de 1.247.125 personas con
afecciones oftalmológicas; 24 millones de venezolanos, que representan
80% de la población son atendidos en un total de 13.510 centros de salud
pública de manera gratuita.
También forman parte de los números positivos presentados en el contexto
del Examen Periódico Universal (2011), por ende, de la inmensa herencia
del Líder de la Revolución la creación de 24 imprentas con el objeto de
democratizar el libro como una herramienta de transformación de la
conciencia de los venezolanos y las venezolanas; la creación de la Villa
del Cine, la apertura de 144 salas comunitarias de cines, regionales e
institucionales; la conformación de 52 Librerías del Sur, así como el
desarrollo de festivales internacionales del libro; la creación de 25
museos y galerías de arte, 3 parques arqueológicos y 11 casas de la
Diversidad Cultural en el territorio nacional, el fortalecimiento y
difusión del Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de
Venezuela consagrada al rescate pedagógico, ocupacional y ético de la
infancia y la juventud, el cual cuenta con 11 orquestas en el ámbito
nacional y 13 núcleos con la participación de miles de niños, niñas y
adolescentes de todos los rincones del país en la última década; la
alfabetización tecnológica de más de 1 millón de venezolanas y
venezolanos a través de la Fundación Infocentro, que cuenta con 737
Infocentros operativos en todo el territorio nacional; la siembra 42,5
millones de plantas a fin de proteger la madre tierra; se logró
alcanzar para 2010 un total de 1.804.087 pensionadas y pensionados,
experimentándose un crecimiento considerable ya que para 1998 esta cifra
era apenas de 191.187 personas; así como de 12.157.710 aseguradas y
asegurados; se crea -con el objeto de afianzar el servicio público de
transporte masivo- el Metro de Los Teques, Maracaibo y Valencia, así
como El Sistema Ferroviario Central Ezequiel Zamora, El Trolmérida, y El
Metrocable de San Agustín.
A todos estos logros deben agregarse otros tantos que no aparecen
reflejados en los mencionados documentos sobre el examen de los derechos
humanos, pero, que incuestionablemente, son parte de la obra de Hugo
Chávez Frías, entre ellos: el Buscaracas; Metrocable de Mariche-Palo
Verde; la entrega gratuita de libros a niños, niñas y adolescentes; la
construcción de residencias estudiantiles, el suministro -mediante
redes- de gas doméstico en zonas populares y la cantidad casi ilimitada
de espacios públicos recuperados.
La Crítica al Discurso Liberal de los Derechos Humanos
El Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, denunció con
valentía y gallardía la hegemonía imperial presente en el Sistema
Universal e Interamericano de “Protección” a los Derechos Humanos, la
ausencia de democracia en seno de tales instituciones, la manipulación
política evidenciada en la toma de decisiones siempre a conveniencia de
los intereses de las naciones poderosas y en desmedro de los pueblos
oprimidos que no secundan sus políticas, así como el neocolonialismo a
través de la utilización de sus órganos, instancias y agencias de
cooperación para aplastar los movimientos sociales e intervenir
militarmente en nombre de la supuesta defensa de los derechos humanos,
pero, que al mismo tiempo incurren en las más férreas, inhumanas y
crueles violaciones de esos mismo derechos que afirman defender. Al
respecto, vale la pena recordar sus pronunciamientos en rotundo rechazo
de las acciones bélicas contra Afganistán, Iraq, Libia, Palestina y
Siria.
Develó el discurso inmoral de los países imperialistas en el ámbito de
los derechos humanos quienes pretenden erigirse como protectores,
custodios y vigilantes de los mismos, pero, que paradójicamente son
aquellos quienes no han ratificado los tratados internacionales sobre
derechos humanos y, por ende, quedan sustraídos de los organismos
creados para su seguimiento, poniéndose de manifiesto -nuevamente con
ello- la estrategia imperial de dominación, control y neocolonialismo.
Puso al descubierto la invasión silenciosa de las potencias, a través de
sus bases militares en los países latinoamericanos, del Caribe y del
mundo, el apoyo armamentista a grupos ultraderechistas, las
operaciones clandestinas o encubiertas de los organismos de inteligencia
y el peligro que tales situaciones representan para la paz y seguridad
de los pueblos.
Asimismo, divisó la contradicción irreconciliable entre derechos humanos
y el capitalismo como sistema de explotación y aniquilación de los
seres humanos, como promotor de lo individual y del consumismo
exacerbado, de la acumulación del capital en beneficio de unos pocos,
generador de pobreza, miseria, hambre, explotación, violencia, desempleo
y muerte.
El Empuje a la Democracia Participativa y Protagónica
El Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías,
resquebrajó definitivamente el modelo político imperante en nuestra
República hasta 1998, dejó atrás la democracia de elites, partidista,
representativa y clientelar para dar paso a la democracia participativa y
protagónica, logró que las personas se interesasen por la política, por
los asuntos público, que se convirtiesen en agentes del proceso de
cambio y, por tanto, que tuviesen amplía capacidad para incidir en la
toma de decisiones que le afectan en su cotidianidad, esto, implicó
transferir o devolver el poder al pueblo.
El modelo de democracia participativa y protagónica propuesto por el
Comandante Supremo a la Asamblea Nacional Constituyente y recogido así
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, supuso
nuevas formas de participación en lo político, lo social y económico que
contribuyeron a reafirmar la soberanía y autodeterminación del pueblo.
Las asambleas de ciudadanos y ciudadanas, los consejos comunales; los
consejos de trabajadores y trabajadoras, de estudiantes, de campesinos y
campesinas; los comités, las mesas técnicas y las cooperativas
presentes a lo largo de todo el territorio de la República, tienen
–incuestionablemente- la impronta del Líder de la
Revolución Bolivariana.
La Visibilización y Empoderamiento de las Mujeres
Consiente de los procesos de luchas emprendidos por los movimientos
feministas en la conquista de sus legítimos derechos y del papel
histórico de las mujeres en la sociedad, el Comandante Supremo de la
Revolución Bolivariana se asume como feminista y plantea como parte de
la revolución el socialismo feminista, antítesis del capitalismo y el
patriarcado. El propósito, el logro de la igualdad material en el goce y
ejercicio de los derechos humanos de las mujeres como pivote para la
construcción de la auténtica democracia, del nuevo Estado, de una
sociedad más justa y humana. Al respecto, estimuló y apoyó desde la
utilización de un lenguaje no sexista hasta el empoderamiento,
participación y organización de las mujeres.
Un ejemplo de ello fue la creación del Ministerio del Poder Popular para
la Mujer y la Igualdad de Género, el Instituto Nacional de la Mujer
(InaMujer), el Banco de Desarrollo de la Mujer (BanMujer), el apoyo a la
incorporación de la mujer en los curules legislativos, alcaldías,
gobernaciones y demás cargos de elección popular, ministerios,
institutos autónomos y demás entes y órganos de la Administración
Pública, el reconocimiento y ascenso en el seno de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, la profesionalización de la mujer en las distintas
áreas del saber, así como, de las actividades productivas.
La Visibilización y Reivindicación de los Pueblos y Comunidades Indígenas
Se asumió como indigenista, revindicó la historia de los pueblos
originarios colocándola en su justo lugar, esto es, como pueblos
invadidos, violentados, esclavizados, subyugados, oprimidos y explotados
por el colonialismo español y, luego, por el neocolonialismo imperial,
por las trasnacionales y en general por el sistema capitalista, en
consecuencia, denunció el genocidio, el etnocidio, así como la erosión
cultural y la discriminación de los pueblos y comunidades indígenas.
Planteó el socialismo indoamericano al revalorizar social, política y
culturalmente la riqueza de los saberes ancestrales, así como las
características propias de los países latinoamericanos, por tanto, se
empeñó en la integración de la población indígena como condición
necesaria para el surgimiento de un nuevo Estado; enarboló los derechos
de los pueblos y comunidades indígenas o su condición de personas con
derechos constitucionalmente reconocidos; desarrolló medidas de acción
positiva con la creación del Ministerio del Poder Popular para los
Pueblos Indígenas; promovió la participación política de estos y estas
en el ámbito nacional, estadal y municipal; materialmente se esforzó por
garantizar el derecho al territorio a través de la respectiva
demarcación de sus tierras ancestrales; así como la preservación y
protección de sus lenguas a través de la educación intercultural
plurilingüe y la elaboración de textos escolares traducidos al idioma de
los pueblos indígenas Bari, Punme, Baniva, Warekena y Wayuu, creó la
Universidad Indígena de Venezuela, la Universidad de los Pueblos
Indígenas y la Universidad Territorial de Amazonas, así como las aldeas
universitarias en sus respectivas comunidades.
La Defensa del Medio Ambiente y su Preservación a las Generaciones Futuras
La acción en favor del medio ambiente, del respeto a la naturaleza como
parte integra de los seres humanos, del aprovechamiento racional de los
recursos naturales o, bien, de los derechos ambientales es parte de la
herencia del Comandante Supremo a las generaciones futuras. En este
sentido, la defensa del planeta la enarboló, fundamentalmente, mediante
la fuerza de su potente discurso cargado de una denuncia enérgica a la
sobreexplotación de los recursos naturales o de la tierra, la
industrialización, la concepción desarrollista, la deforestación, la
desertificación, la perdida de la diversidad biológica y, lo más
importante, al develar de manera directa, franca y sincera la causa de
“todo este desastroso panorama […] el sistema metabólico destructivo del
capital y su modelo encarnado, el capitalismo”[5]
El Fin de la Tortura y la Desaparición Forzada de Personas como Política de Estado
La Cuarta República no sólo se caracterizó por las elevadas cifras de
personas pobres, el abandono a los más necesitados y la reinante
desigualdad, sino que también se caracterizó por las persecuciones
políticas a los grupos de izquierda, por los allanamientos sin órdenes
judiciales, por la suspensión casi indefinida de las garantías
constitucionales y la desaparición sistemática y reiterada de personas.
En la Venezuela de esos tiempos el Estado se convirtió en delincuente
cuando aquel delito atroz –la desaparición forzada de personas- pasó a
ser la práctica cotidiana de los órganos de seguridad y defensa de la
nación y cuando los órganos encargados de hacer “justicia” asumieron
como posición el silencio. Al respecto, vale la pena mencionar algunos
casos de aquel nefasto pasado, tales como: el de Alberto Lovera, Jorge
Rodríguez, Macario Vizcaya, Fabricio Ojeda y Noel Rodríguez.
Sin duda, el pacto de Punto Fijo intensificó la violación a los derechos
fundamentales de aquellas y aquellos jóvenes estudiantes, campesinas,
campesinos, obreras, obreros, activistas, y, en general, de mujeres y
hombres que militaban en las filas de la izquierda venezolana,
inclusive, para quienes -sin ser militantes- representaban una amenaza a
los intereses de quienes detentaban el poder. En tal sentido, la
tortura como forma de menoscabar la dignidad de cientos de venezolanas y
venezolanos, de causar terror y minimizar el activismo político,
también se hizo famosa.
Las Masacres de El Caracazo, El Amparo, Yumare, Cantaura, Ejido, así como, del Liceo “M. J. Sanz” de Maturín[6],
quedaran presentes en la historia contemporánea de Venezuela como
signos distintivos o propios de los gobiernos de la Cuarta República.
Por el contario, el impulso que dio el Comandante Supremo a la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Texto Fundamental
que prohíbe la desaparición forzada de personas; la expulsión -en su
condición de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada- de la doctrina
militar impuesta por la Escuela de las Américas y demás agencias de
penetración imperial; la construcción de una nueva doctrina castrense
fundada en las ideas bolivarianas, robinsonianas y zamoranas; la
formación de las uniformadas y los uniformados en derechos humanos; el
fomento de la unión cívico-militar; la identificación de la fuerza
armada con el pueblo; la creación de un nuevo sistema de policía
humanista, técnica-científica y de elevada formación académica; el apoyo
público e irrestricto a los órganos del sistema de justicia para
realizar cualquier investigación tendente a depurar aquellas
instituciones y expulsar de su seno cualquier funcionaria o funcionario
que estuviese al margen de la Constitución, hicieron que la desaparición
forzada de personas dejara de ser una política de Estado y se
convirtiera en un asunto del pasado.
La Garantía de los Derechos Humanos de las y los Inmigrantes
Los gobiernos de la Cuarta República se encargaron de perseguir, a
través de sus cuerpos de seguridad, de manera persistente e incesante a
las personas extranjeras indocumentadas que se encontraban en el
territorio nacional, estas personas dada su condición eran –por lo
demás- explotadas por el sistema capitalista, víctimas de la trata de
personas, estaban sometidas a largas jornadas de trabajo y a una
remuneración ínfima, se encontraban excluidas del sistema público de
salud y del sistema educativo, eran descrinadas, excluidas y sometidas a
tratos crueles y humillantes.
Hoy, gracias a la política inclusiva, humanista y garantista de Hugo
Chávez Frías, tales personas –fundamentalmente- hermanas y hermanos de
nacionalidad colombiana, ecuatoriana y peruana han sido dignificadas, se
les han otorgado los documentos que legaliza su condición en el país y
gozan de todos los derechos que la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela reconoce a todas las personas.
La Democratización de las Comunicaciones
Las empresas privadas de comunicación han mantenido, como en casi todos
los países de América Latina, la monopolización o hegemonía
comunicacional en Venezuela, esto ha permitido que los medios estén al
servicio de los intereses personalistas, individualistas y económicos de
sus dueñas o dueños y no de la mayoría de las venezolanas y los
venezolanos, de las y los pobres, de las oprimidas y los oprimidos,
generándose –por lo demás- una evidente manipulación de la información,
tergiversación de las realidades política, económica y social, promoción
del consumismo, transculturización, violencia y antivalores. En otras
palabras, las empresas de comunicación privada siempre han estado
organizadas fundamentalmente en pos de sus ganancias, el incremento de
su capital y, en consecuencia, a mercantilizar su producto informativo o
de entrenamiento, creyendo –por lo demás- que son propietarias de las
frecuencias y, por ende, de la comunicación.
Ante ese panorama que puede calificarse, en pocas palabras, como
“dictadura comunicacional” el Presidente Hugo Chávez Frías, decide
democratizar las comunicaciones en el país. En tal sentido, reconoció
decenas de televisoras y radios comunitarias, apoyó e impulsó plenamente
la comunicación popular y los medios comunitarios o alternativos,
contribuyó con la formación de nuevas comunicadoras y comunicadores y
puso en marcha la Televisión Digital Abierta (TDA). Así, conforme a
cifras oficiales, se cuenta con 280 medios comunitarios a nivel
nacional, divididos en 244 medios de radiodifusión sonora y 36 medios de
televisión abierta[7],
13 ciudades cuentan con TDA y se han distribuido 167.189 equipos para
el disfrute del servicio en los referidos ámbitos geográficos.[8]
En suma, todo este inmenso legado del Comandante Supremo, nos dice que
hoy existe Patria, que hoy hay Patria y está en las manos de todas y
todos mantenerla, cuidarla y defenderla.
¡Hasta la Victoria Siempre Comandante!
[1]
Instituto Nacional de Estadística (septiembre, 2010). Cumpliendo las
Metas del Milenio 2010. Extraído el 21 de marzo de 2013 desde:
http://www.ine.gov.ve/documentos/INE/MetasDelMilenio/OBJETIVOS_MILENIO_2010.pdf
[2]
Elías Eljuri, Presidente del Instituto Nacional de Estadística, ha
dicho públicamente el 20/03/2012, en el programa “Contragolpe”,
transmitido a través de Venezolana de Televisión y conducido por la
periodista Vanessa Davies, que al cierre del año 2012 la pobreza
extrema se ubica en 6%. Asimismo, afirmó que de acuerdo a los datos del
ente que dirige la República Bolivariana de Venezuela se encuentra en el
puesto número 63 del índice de Desarrollo Humano. Al respecto ver:
Logro del gobierno del Presidente Chávez. Pobreza extrema disminuyó a
6%. Extraído el 21 de marzo de 2013 desde:
http://www.aporrea.org/actualidad/n225296.html
[3]
Consejo de Derechos Humanos, Grupo de Trabajo sobre el Examen Periódico
Universal Duodécimo período de sesiones. (octubre de 2011). Informe
nacional presentado con arreglo al párrafo 15 a) del anexo de la
resolución 5/1 del Consejo de Derechos Humanos. Extraído el 21 de marzo
de 2013 desde:
http://www.defensoria.gob.ve/dp/index.php/examen-periodico-universal/2039
[4]
Jorge Arreaza, Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación
(actualmente Vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de
Venezuela) informó el 21/12/2012 que han sido entregadas dos millones
315 mil 719 computadoras Canaimitas. Para mayor información ver: Cifra
de Canaimitas entregadas en Venezuela supera los 2 millones 300 mil.
Extraído el 27 de marzo de 2013 desde:
http://www.avn.info.ve/contenido/cifra-canaimitas-entregadas-venezuela-supera-2-millones-300-mil
[5]
Hugo Chávez Frías. (diciembre, 2009). XV Conferencia Internacional
sobre el Cambio Climático de la ONU. Extraído el 27 de marzo de 2013
desde: http://www.youtube.com/watch?v=utqiMrQxFr4
[6]
Al respecto ver: Brito, C. y Oscar B. (2012). Violación Sistemática de
los Derechos Humanos en Venezuela (1958-1998). Defensoría del Pueblo.
Caracas-Venezuela.
[7] CONATEL. Total de medios comunitarios habilitados.
Extraído el 11 de abril de 2013 desde:
http://www.conatel.gob.ve/files/solicitudes/habilitaciones/Total_de_Medios_Comunitarios_Habilitados.pd
[8] Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología. 13.902 familias acceden a la Televisión Digital Abierta. Extraído el 11 de abril de 2013 desde: http://www.tdavenezuela.gob.ve/node/51
1.-SUR.El "Sur" no es solo una referencia geográfica (el lugar en donde vive la inmensa mayoría pobre del planeta) sino, también, una referencia eticopolítica que implica la opción por aquellos/as que, el contexto colonial, patriarcal, de dominio del capital sobre la vida, ha excluido y/o subordinado: mujeres, sectores populares, pueblos indígenas, comunidades afro, campesinos/as, personas sexodiversas y la propia naturaleza. SurDH es un espacio de articulación que se propone pensar y actuar desde y con ese Sur, acompañando e impulsando luchas por una vida digna y por un contexto económico, político, social y cultural radicalmente democrático que la posibilite.
2.-DERECHOS HUMANOS DE “ALTA INTENSIDAD”. Los derechos humanos son, a la vez, unas herramientas de lucha y un terreno en disputa. Nos interesa contar con mejores herramientas para las luchas de los pueblos, por lo que resulta fundamental entrar en la disputa. La visión hegemónica de los derechos humanos, de anclaje liberal (la que cuenta con mayor peso en instancias interestatales, los instrumentos, la doctrina y las corporaciones mediáticas mundiales), focaliza su interés en: a) una concepción reducida de los derechos civiles y políticos, b) la protección de los individuos frente a amenazas externas que interfieren con el ejercicio de la libertad, provenientes fundamentalmente del Estado y, consecuentemente, en c) un sobredimensionamiento de las obligaciones estatales de “Respetar” (que implican un Estado que se abstiene de actuar), descuidando un tipo particular de obligaciones de “Proteger” a las personas o pueblos de los daños ocasionados por otros particulares (poderes fácticos) y, sobre todo, de las obligaciones de “Cumplir”, que garantizan el igual disfrute de los derechos. Las visiones contrahegemónicas, de “alta intensidad”, son variadas, pero suelen coincidir en: a) su interés en la igualdad sustantiva, que implica la interdependencia entre los derechos sociales y el resto de los derechos, así como la comprensión del derecho a la igualdad y no discriminación como conjunto de garantías para la igualdad de resultados; b) la actuación de un Estado Fuerte (para “proteger” y “cumplir”) junto a un pueblo organizado, movilizado por sus derechos y con crecientes espacios de autogobierno, c) los derechos colectivos, de los pueblos (entre ellos el de la autodeterminación) y de la naturaleza y, d) la concepción intercultural, cosmopolita, de los derechos humanos, que implica un diálogo en proceso y una interpelación a lo insuficientemente protectora de la dignidad de personas y pueblos que es la visión hegemónica liberal. SurDH entra en esta disputa, tomando decididamente partido por la emergencia de un derecho internacional de los derechos humanos (y sus dispositivos institucionales nacionales e internacionales) al servicio de todas las personas y pueblos y en contra de su versión liberal, en donde la “baja intensidad” los hace insuficientemente eficaces para el logro de su vocación proclamada.
3.-DEMOCRACIA SOCIALISTA.La doctrina hegemónica de los derechos humanos ha reconocido la importancia de un contexto que favorezca su disfrute, al señalar la interdependencia entre derechos humanos y democracia. No obstante, limita la democracia a su versión liberal representativa de las economías de mercado, por lo que el resultado es un contexto limitante y unos derechos humanos limitados, de “baja intensidad”. Unos derechos humanos de "alta intensidad" implican, por el contrario, un contexto democrático, no solo en lo político (ni en su forma representativa elitesca), sino también en lo económico, social y cultural. Entender la democracia como gramática de la sociedad y no solo como régimen político implica su desborde a todos los ámbitos de la vida, en sus formas participativas, deliberativas, directas y socialistas. Implica el reconocimiento e inclusión de aquellos sectores excluidos, invisibilizados o negados; la redistribución de la riqueza, los medios de producción y la democratización de la organización del trabajo (socialismo); así como la democratización del poder político y la movilización de las mayorías. SurDH entiende esta forma contrahegemónica de democracia como democracia socialista, que se diferencia radicalmente del socialismo burocrático autoritario del Siglo XX y de la socialdemocracia claudicante ante el capitalismo. A la construcción de esta forma de democracia de alta intensidad, asociamos la posibilidad de ampliación del goce efectivo de derechos de toda la población.
4.-AMPLIACIÓN DE LAS FORMAS DE LUCHA. Además de las garantías formales de los derechos humanos, judiciales o administrativas, que deben ser utilizadas; SurDH apuesta por la organización y movilización popular como garantías del ejercicio y disfrute de los derechos. En ese sentido, acompaña y promueve la construcción de condiciones favorables para el ejercicio del poder (político, económico, cultural) de los sectores estructural e históricamente discriminados y su ejercicio en función de la dignidad colectiva.
5.-REIVINDICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DESDE LA IZQUIERDA. El discurso de los derechos humanos en Venezuela está secuestrado por el pensamiento liberal. Los sectores liberales instrumentalizan de manera cotidiana estos derechos para lograr la deslegitimación de un proceso político en el que el pueblo pobre y excluido está movilizado en demanda y celebración de sus derechos. Una parte importante de la izquierda local responde a este secuestro con desprecio hacia los derechos humanos, considerándolos, erradamente, ajenos a las tradiciones intelectuales y luchas populares. A juicio de SurDH, cometen un grave error, pues abandonan un campo de batalla en el que históricas luchas libertarias y solidarias han dado enormes aportes. La sociedad democrática alternativa al capitalismo no puede pensarse, a nuestro juicio, sin la presencia protagónica de los derechos humanos.